lunes, enero 08, 2007

Curaría rápido

Los reyes le trajeron muchas cosas.
A algunos amigos y familiares les pareció que no era buena idea que un niño tan pequeño tuviera tantos regalos.
Y acertaban.

Ése, que sólo había pensado tres o cuatro veces en temas sado-masoquistas estaba ahora en su habitación pensando un lugar adecuado sobre su piel para poder estrenar la grapadora.

Antes había probado una buena cucharada de pintura blanca. La vio tan espesa y brillante que sintió ganas de saborearla. Le quedó la boca llena y la pintura se pegaba cremosa a su lengua, paladar y dientes y le obligaba a respirar poco y profundo.

El antebrazo diestro. Por encima, porque por debajo había muchas venas y le daba cosa. Arrastró un ‘aaah’ flojito y grave. Solo un poco de palanca con la punta de un boli y se liberó. Una herida limpia y un poco de moratón rojizo. Curaría rápido.

3 comentarios:

Tamara dijo...

Esto me ha recordado el día que se me ocurrío graparme en la mano y aquella tarde en el colegio en que conseguí arrancarme la piel de los deditos con la máquina de hacer agujeros a los trabajos. Digan lo que digan, no queda marca.

Zzzz dijo...

como pendientes estaría muy bien...se pueden hacer cadenita si se precisan largos.

Anónimo dijo...

Un dia et vaig prometre que si em donaven la beca et comprava un quadre. Però com els gilipichis dels buócrates no me l'ha volen donar, tu també surts perjudicats i no te'l puc comprar.
Pero et convido a una lechuga i a un cotxe vermell, vale?