viernes, marzo 31, 2006

no se qué le pá


Qué estúpidos los reyes magos. Pienso cosas que me divierten. Coco Chanel tenía rabo. Pídeles a los de la chavola que se vayan y me la regalen. Sabes hablar un poco. Tengo ganas de comer mierda.


http://www.youtube.com/watch?v=_exLZ90N610

domingo, marzo 05, 2006

hasta la ventana


Salió de la ducha y fue con la toallita enredada en la cintura hasta la ventana. Encendió un cigarrillo y se apoyó contra la pared. Media tarde de un día lluvioso y oscuro de noviembre.
La ventana da a un amplio patio interior. Las plantas bajas de la manzana se unen allí en pequeños jardines. El edificio de delante tiene unas galerías de cristal muy bonitas. Por lo general no se ve nadie en esos pisos, es un edificio antiguo, y esas ventanas tienen toda la pinta de no cerrar muy bien. Los de la planta baja si se les ve, les gusta quemar sardinas algunos domingos. Porque eso es lo que hacen, poner sardinas al fuego. Justo a su lado, a la derecha, está el jardín del edificio más nuevo. Es todo blanco y con grandes ventanales y se ve a los vecinos ‘gente bien’. Los del primero y segundo tienen hijos pequeños, el del tercero son dos chicas y el cuarto un matrimonio con un hijo que le gusta andar desnudo. Repasando se fijó que en el bloque que da a la esquina del capravo hay inquilinos nuevos. Se ve a un chico, 30ytantos, está cocinando. Mira, aparece una chica. Embarazada. Que bonita pareja.
El piso de abajo. El viejo. El yayo. Sentado siempre en el mismo sitio. Siempre camisa blanca, siempre está serio. Ops, sus miradas se encontraron. El viejo no aparta la mirada, Hector sí. Apura el cigarrillo y la oye desde el baño. Sí. Vale. Ya que estoy compro algo para comer mañana.

En la calle ya es de noche y la gente se ha quedado en casa. Camina hacia el capravo, que aun estará abierto. Dentro también hay poca gente. Suena en el hilo musical una canción que se acuerda que le gustaba. Uno de los fluorescentes parpadea y hace ruido. Siempre va al mismo supermercado y se dirige al pasillo de los vinos. Pero esto está diferente: han vuelto a cambiar el orden. Donde había botellas de vinos ahora hay suavizante de ropa y claro, huele a perfume de jabón. Más allá está la lejía, agua destilada, tenn y los esprais de cucarachas. En el siguiente pasillo la leche y bebidas. Madalenas, azúcar, harina, café, infusiones. Mira a lo lejos, ve wisky en la vitrina cerrada. Va directo y sí, los vinos a la derecha. Mira las etiquetas y hace un cálculo del dinero que tiene que gastarse en vino. Tres botellas, patatas fritas, galletas con chocolate, una bandeja de patas de pollo y hacia la caja. Hay una abuela delante que lleva cuajadas y una barra de pan. Paga a un peruano que se sabe de memoria la metodología del cursillo para cajeros del capravo. Buenastardestarjetacliente?graciashastapronto. De vuelta hay mas gente en la calle. Un señor con una chaqueta de cuero negro come ganchitos y le pasa por el lado y oye gñirsh gñirs plasticoso de aplastar los ganchitos con los dientes. Una pareja de urbanos han parado a un motorista y le han hecho aparcar en el entrante de un parking. Los tres no se han quitado el casco, hablan flojo y miran papeles. Apoyada en un coche delante una chica que parece que solo lleva una gabardina y unas botas con forro de pelo de animal que sobresale por arriba. Un grupo de 4 o 5 caminan uno al lado del otro. Ya que estamos me paro en el cajero y saco dinero. Me he dejado las llaves, seguro que están encima de la cama. Llamaré al interfono. Aun estará en la ducha? Llamo mas. El móvil. Amena info. Más timbre…