sábado, agosto 02, 2008

querido Doraemon que me ayudas a no morir calcinado



Se fue a dormir demasiado borracho cuando el cielo clareaba. Y cuatro horas mas tarde, cuando soñaba que le regalaban un teclado para el ordenador que no le cabía en la mesa y que tenía heridas en los antebrazos por la cinta adhesiva, Doraemon le despertó en la tele. "La porta màgica ens hi portarà!" Apagó la tele. Y la lámpara, tumbada de un cojinazo, sacaba humo y estaba churruscando el parquet.