Era media tarde y había 28 grados en la ciudad.
Salió con el pelo mojado hasta la salida del metro. Llegaba pronto. No. Llegaba puntual. Es decir, tarde, pero no lo suficiente como para que ya saliera con las manos en los bolsillos escuchando música en los auriculares.
viernes, agosto 11, 2006
puntual
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